“I did three semesters of the Young Author Project. That was the only place I had to express myself and felt seen. I wasn’t hiding myself, but nobody saw me,” Alayna Williams remembered.

The world outside of the Young Author Project (YAP) couldn’t see Alayna’s light. But once a week, after school, two adults arrived in the YAP classroom who made it their mission to see every single member of their cohort of young writers. These two Writing Fellows, dressed in their signature blue T-shirts, walked with the youth through every step of writing and then publishing the words that meant the most to them: their passion projects, or perhaps the stories they found the courage to tell for the first time, or their thoughts on the big questions facing the country, or thrilling detective yarns, or carefully constructed poems, or any one of a hundred different creative projects spun out across the notebooks of YAP workshops across Savannah.

YAP youth put pen to page every semester, even or especially when they’re hurting in big ways. “This is what got me through middle school. This was my only place to dump out everything, any thought that I had, good or bad. I was able to purge it,” said Krystell Sanchez-Romero. In middle school, Alayna and Krystell were young authors. These days, they’re back in the classroom as Writing Fellows. With firsthand experience of the difference a caring and creative adult can make for those just beginning to discover their voice and their power, Alayna and Krystell chose to return to the program as workshop leaders, guiding young people who need YAP just as much as Alayna and Krystell once did.

YAP is Deep Center’s largest and oldest program, embedding semester-long series of creative writing workshops within Chatham County’s public middle and high schools that culminate in the publication of anthologies of youth writing. Workshops are planned and led by Writing Fellows, creative adults from the local community—mostly volunteers—who are assigned to a particular school for the duration of the semester. Writing Fellows are sometimes former YAP youth like Krystell and Alayna, but are often simply local writers, artists, college students, or other creative and compassionate adults.

C’drick Henderson, for example, connected with YAP while still a college student at Georgia Southern’s Armstrong campus. Studying English with the hope of pursuing teaching, C’drick knew becoming a Writing Fellow would give him both classroom experience and the chance to mentor some of the brightest young authors in Savannah. “I believe in the power of expressing how we feel about experiences through the stories we tell,” C’drick said. “Being a part of Deep meant being able to draw those stories out of young people, whether fiction or nonfiction.” After many months in a middle school environment with YAP, C’drick—once intending to teach high school—is now aiming to enter the profession at the middle school level.

Writing Fellows are carefully screened by YAP program staff and receive several days of training, as well as all necessary supplies and curriculum suggestions, before being introduced to their workshop home for the semester. And once the semester begins, Writing Fellows have the freedom to plan and lead their workshops however works best for their particular group of young people. “In middle school, I didn’t realize how human my mentors were,” said Alayna. “At first, being a Writing Fellow was a little stressful because I was so concerned about the youth and wanted to make sure I was doing them a service. But once you learn who they are, it’s easy to cater your work to them.”

And once Writing Fellows form that bond with their young people, youth begin creating in ways they never expected. “I love finding music and poems and books and sharing them with the young people. It’s a really big responsibility, but I love being able to find things I know they’re going to be able to relate to and see the way they take those and turn them into their own stories. It’s validating to pull out amazing writing from all of them,” said Krystell.

The Young Author Project has been connecting youth with writing mentors in Savannah since 2008. Thousands of young people have honed their creative passion through the guidance and support of their Writing Fellow workshop leaders, and with your help, those numbers will continue to grow. To learn more about the Young Author Project and becoming a Writing Fellow, click here. Ready to apply? Fill out this form. And as always, Program Manager Anthonella Alvarez (anthonella@deepcenter.org) is happy to answer any questions.

After all, Anthonella started out as a Writing Fellow, too.

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“Hice tres semestres del Proyecto de Jóvenes Autores. Ese era el único lugar que tenía para expresarme y sentir que me veían y reconocían. No estaba ocultándome, pero nadie me veía realmente”, recordó Alayna Williams.

El mundo fuera del Proyecto de Jóvenes Autores (YAP, por sus siglas en inglés) no podría ver la luz de Alayna. Pero una vez a la semana, después de la escuela, dos adultos llegaban al salón de clases de YAP cuya misión era ver a cada uno de los miembros de su cohorte de escritores jóvenes. Estos dos Becarios de Escritura, se vestían en sus camisetas insignia azules, caminaban con los jóvenes en cada paso de la escritura y luego en publicar las palabras que significaban lo máximo para ellos: sus proyectos de pasión, o quizás las historias que encontraban el valor de contar por primera vez, o sus pensamientos sobre las grandes preguntas que enfrenta el país, o emocionantes historias de detectives, o poemas construidos con esmero, o cualquier otro de los cienes diferentes proyectos creativos que surgían de todas las libretas de los talleres de YAP alrededor de Savannah.

Los jóvenes de YAP dejaron la tinta en el papel cada semestre, incluso o especialmente cuando estaban sufriendo de grandes maneras. “Esto es lo que me ayudó a superar la escuela intermedia. Este era mi único lugar para vaciar todo, cualquier pensamiento que tenía, bueno o malo. Pude purgarlos”, dijo Krystell Sanchez-Romero. En la escuela intermedia, Alayna y Krystell fueron autoras jóvenes. En estos días ellas están de regreso en los salones de clase como Becarias de Escritura. Con su experiencia de primera mano sobre la diferencia que puede tener un adulto creativo a quien le importas para aquellos que están solo comenzando a descubrir su voz y su poder, Alayna y Krystell decidieron volver al programa como líderes de taller, guiando a los jóvenes que necesitan a YAP tanto como lo necesitaban Alayna y Krystell.

YAP es el programa más grande y más antiguo de Deep Center, que integra una serie de talleres de escritura creativa y que dura un semestre, dentro de las escuelas intermedias y secundarias del Condado de Chatham; este termina en la publicación de antologías de escritura de jóvenes. Los talleres son planificados y liderados por los Becarios de Escritura, adultos creativos de la comunidad local—en su mayoría voluntarios— quienes son asignados a una escuela en particular por la duración del semestre. Los Becarios de Escritura son algunas veces ex-alumnos jóvenes de YAP como Krystell y Alayna, pero con frecuencia son simplemente escritores, artistas, o estudiantes universitarios locales, y/o otros adultos creativos y compasivos.

C’drick Henderson, por ejemplo, se conectó con YAP mientras todavía era estudiante universitario en el campus Armstrong de la Universidad Georgia Southern. C’drick, quien estudiaba inglés con la esperanza de convertirse en maestro, sabía que convertirse en un Becario de Escritura le daría experiencia tanto en el salón de clases como la oportunidad de ser el mentor para los autores jóvenes más brillantes en Savannah. “Yo creo en el poder de expresar cómo nos sentimos acerca de las experiencias a través de las historias que contamos”, dijo C’drick. “Ser parte de Deep significó poder sacar esas historias de los jóvenes, ya sean de ficción o no ficción”. Después de muchos meses en un ambiente de escuela intermedia con YAP, C’drick, quien una vez tenía la intención de ser maestro de la preparatoria, ahora tiene el objetivo de entrar a esta profesión al nivel de la escuela intermedia.

Los Becarios de Escritura son evaluados cuidadosamente por el personal del programa de YAP y reciben varios días de entrenamiento, así como también los suministros necesarios y sugerencias del programa de estudios, antes de que sean integrados al hogar de su taller para el semestre. Y una vez que comienza el semestre, los Becarios de Escritura tienen la libertad de planificar sus talleres, de la manera que mejor les funcione para su grupo particular de jóvenes. “En la escuela intermedia, no me di cuenta cuán humanos eran mis mentores”, dijo Alayna. “Al principio, ser una Becaria de Escritura fue un poco estresante porque me preocupaba tanto acerca de los jóvenes y quería asegurarme que les estaba proporcionando un servicio. Pero una vez que aprendes quiénes son, es fácil adaptar tu trabajo a ellos”.

 Y una vez que los Becarios de Escritura forman un lazo con sus jóvenes, los jóvenes empiezan a crear en maneras que ellos nunca esperaban. “Me encanta encontrar música y poemas y libros y compartirlos con los jóvenes. Es una gran responsabilidad, pero me encanta poder encontrar cosas con las que sé que ellos se van a identificar y ver la manera que ellos toman esas cosas y las convierten en sus propias historias. Es una validación sacar escritura increíble de todos ellos”, dijo Krystell.

El Proyecto de Jóvenes Autores ha estado conectando a los jóvenes con mentores de escritura en Savannah desde XX. Miles de jóvenes han pulido su pasión creativa a través de la guía y el apoyo de sus Becarios de Escritura líderes de talleres, y con su ayuda, esos números van a seguir creciendo. Para aprender más acerca del Proyecto de Jóvenes Autores y cómo convertirse en un Becario de Escritura, haga clic aquí. ¿Está listo para postularse? Complete este formulario. Y como siempre, la Gerente de Programas Anthonella Alvarez (anthonella@deepcenter.org) está disponible para responder cualquier pregunta.

Después de todo, Anthonella comenzó como una Becaria de Escritura, también.